Mercadito Infeliz

Hoy les quiero contar, con la calma del día, el recorrido que emprendimos ayer Martes 30 de Septiembre con Angy , la idea era ir al Cerro Alegre a conocer cafés y todo lo que nos diera el tiempo, las ganas y el bolsillo.

Siempre he querido visitar muchos cafés y restaurantes con el fin de señalar lo bueno y lo malo, muy a gusto personal, pensé que ir ese día podría ser el comienzo de esta aventura culinaria.

Todo bonito, un buen ambiente, gente bonita, si bonita (ya ni eso se puede decir sin que te crucifiquen, pero la gente bonita existe) y limpieza, a pesar que durante un largo rato de nuestra caminata no encontramos un solo basurero.

Recomendada por varios, y por mi gusto también, fuimos a una pastelería famosa y preciosa de ahí, (salvo una gata que me dijo que los pasteles no eran tan ricos) y llegamos a la pastelería y había harta gente, esperamos bastante rato, revisé la vitrina completa y uhmmm macarones húmedos, cremas un poco amarillentas, esa sensación de que algo no está tan fresco, era Lunes, tal vez también eso influía. 

Entonces nos decidimos por probar los profiteroles, con una bebida frutal. Nos pasaron un plato de cartón a cada una, pedimos nos pasaran un solo plato porque era algo incomodo tener las manos ocupadas, el único lugar para sentarse estaba ocupado, pagamos, el tipo de la caja intentó cobrarnos de mas dos veces, hasta que la vendedora casi le gritó lo que llevábamos. Nos quedamos bebida y plato en mano paradas intentando dilucidar nuestros próximos pasos.

Decidimos ir a buscar a la calle donde sentarnos, nos ubicamos a la vuelta en una escala de casa, doy el primer mordisco, lo trago, miro a Angela y le digo "está cuestión está dura, no muy fresca" entonces decido dar otra mascada llegando al relleno, mis dientes pasan y siento un olor a hongo, de ese que le sale al pan cuando está muy rancio, devuelvo todo lo que tenía en la boca  y Angela se para y me dice que vayamos a devolverlo. Mientras íbamos, pensamos que no haríamos escándalo,  había gente comprando y consumiendo parados, nos acercamos a la vendedora y le explicamos lo sucedido, fue muy amable, nos dio una explicación demasiado básica y mentirosilla como que "recién estamos implementando usar estas cúpulas para tapar los pasteles y parece que no sirven" sorry Mercadito Infeliz pero tus fotos muestran esas cúpulas hace bastante tiempo, cualquier pastelería sabe que las cremas deben estar refrigeradas, que si vas a poner pasteles en un cake stand con cúpula, los pasteles deben estar refrigerados y solo los puedes poner si sabes que salen rápidos. Mal ahí otra vez. Miro el cake stand completo y los hongos pegados a los pasteles se veían. Juro que con Angy no lo podíamos creer. La señora retiró todo el cake stand lleno de profiteroles hongueados.

Finalmente luego de esa explicación, la señora le dice al cajero, "devuélveles el dinero de los profiteroles", y el cajero le pregunta -¿por que?- Y ella, "devuélveles el dinero", y el cajero -si, pero dime ¿por que?-

Nuestro error fue en ese momento no haberle gritado PORQUE VENDEN PASTELES RANCIOS CON HONGOS, fue incomodo, nos dieron el dinero y la señora nos agradeció el hacer todo mesurado.


En la noche tuve dolor de estomago y sudor frío, lo pasé mal. Angela no comió, pero fue todo un mal rato innecesario.

Mercadito infeliz, para mi solo quedas como un bonito lugar donde beber una bebida frutal muy sabrosa, la señora que atiende muy amorosa, el cajero un desagradable. Los pasteles, incomibles.


Han pasado días desde esta aventura, queda la sensación de que pude hacer tantas cosas al respecto, pero estaba de muy buen humor ese día, y la señora que nos atendió fue tan amable que me dio hasta pena, por lo demás, es mucha la gente que dice que los pasteles de allí son deliciosos, tal vez fue solo mala suerte, tal vez la gente acostumbra a comer cosas rancias, vaya a saber uno.






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